10/4/06

Expertos en trasplante cardiaco consideran ya prácticamente superado el riesgo de rechazo celular del injerto

Los especialistas reunidos en el Congreso Anual de la Sociedad Internacional de Trasplante de Corazón y Pulmón aseguran sin embargo que a medio y largo plazo las complicaciones asociadas a un trasplante de corazón reducen significativamente las tasas de éxito


Madrid, 10 abril 2006 (azprensa.com)

El objetivo principal que han perseguido los expertos en trasplante cardiaco durante décadas ha sido el de reducir al mínimo la presencia del denominado rechazo celular del injerto. Con la significativa evolución alcanzada en el tratamiento inmunosupresor, éste se ha convertido en un reto prácticamente superado, aseguran los especialistas; sin embargo, a medio y largo plazo las complicaciones asociadas a un trasplante de corazón (vasculopatía, aparición de tumores,...) reducen significativamente las tasas de éxito.

Así se ha puesto de manifiesto durante el XVI Congreso Anual de la Sociedad Internacional de Trasplante de Corazón y Pulmón (ISHLT), celebrado recientemente en Madrid. En gran parte, afirmaron los especialistas, el rechazo humoral (o mediado por anticuerpos) es responsable de este problema, induciendo un acusado descenso en la tasa de supervivencia de los pacientes.
Hasta hace pocos años, existía una importante controversia en el manejo del rechazo humoral que se produce en el trasplante cardiaco, afirmaron.

Aunque menos importante que el rechazo celular (su prevalencia se estima que es inferior al 15 por ciento de todos los casos de rechazo), este trastorno era prácticamente imposible de diagnosticar y de manejar adecuadamente. Como lo reconoció el Dr. Gregorio Rábago, del Servicio de Cardiología de la Clínica Universitaria de Navarra (Pamplona), “el rechazo humoral ha sido el gran olvidado en el trasplante cardiaco, porque era muy difícil de diagnosticar y, por tanto, de tratar”.

El rechazo humoral aparece sobre todo en el primer mes postrasplante, asociado con un considerable incremento en los anticuerpos específicos del donante. Se estima que hasta dos tercios de los pacientes que tienen este tipo de rechazo presentan una disfunción de injerto trasplantado.

Evitar la muerte prematura

Estos conocimientos tienen importantes implicaciones terapéuticas. Las nuevas estrategias de tratamiento buscan, particularmente, manipular la interacción que se establece entre el sistema inmunitario del receptor de un trasplante y el injerto, con el objetivo de producir una tolerancia relativa o absoluta al injerto mientras que se preserva la respuesta a otros antígenos.

Los factores humorales (tanto relacionados con el donante como con el receptor) están en el origen de unas de las principales complicaciones que surgen a medio y largo plazo en el paciente sometido a un trasplante cardíaco: la enfermedad vascular del injerto o vasculopatía coronaria.

Los ensayos clínicos que se han realizado en las últimas décadas se han fijado, principalmente, el objetivo de evaluar el efecto de los tratamiento inmunosupresores sobre el rechazo agudo celular. Sin dejar de tener importancia, expertos como Jon A. Kobashigawa, Director Médico del Programa de Trasplante Cardiaco de la Universidad de California (UCLA) en Los Ángeles (EE.UU), apostaron por evaluar también en los estudios clínicos los efectos de los distintos tratamientos de elección sobre el rechazo humoral.
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