16/12/14

La reducción del consumo habitual de sodio puede ayudar a descender la presión 16-12-2014


 
La reducción del consumo habitual de sodio puede ayudar a descender la presión sistólica en 2,1 mm y la diastólica en 0,2 mm de Hg.

“Si toda la población redujera su presión sistólica en 3 mm de Hg disminuirían muy significativamente el número de ictus y de infartos", según ha comentado el doctor Luque en el Curso de Verano de la ESH


Redacción, Valencia (13-9-06).-Según expertos, cualquier modificación de la dieta debe emprenderse desde la infancia". De hecho, diversos estudios clínicos llevados a cabo en la población infanto-juvenil han demostrado que existe una relación entre los niveles de presión arterial y el consumo de sal, al igual que ocurre en los mayores.

Aunque reducir el consumo de sodio en las comidas es sólo una de las medidas que se aconsejan para evitar la hipertensión arterial y reducir el riesgo cardiovascular, su papel ha sido sobradamente demostrado a través de numerosas investigaciones. "Lo ideal es que se dé una combinación de distintas medidas que conduzcan a unos hábitos de vida saludables: evitar el sedentarismo y reducir el consumo de sodio y de alcohol pueden reducir en tres años la incidencia de hipertensión hasta en un 30 por ciento", asegura el doctor Luque que ha participado en el Curso de Verano de la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH), organizado en Valencia.

Diferentes estudios desarrollados en los últimos años han demostrado que existe una relación significativa entre la ingesta de sodio y los niveles de presión arterial. En este sentido, y teniendo en cuenta que el consumo medio de sal en nuestro país es de 13 gr. al día, se sabe que si se reduce a la mitad la presión sistólica baja en 2,1 mm de Hg y la diastólica en 0,2 mm de Hg. "Aunque a priori puedan parecer resultados modestos, poblacionalmente son muy importantes, ya que si toda la población redujera su presión sistólica en 3 mm de Hg disminuirían muy significativamente el número de ictus y de infartos", señala el doctor Luque.

Factores perjudiciales para la hipertensión

El 75 por ciento de la sal que consumimos no proviene del salero, sino que se encuentra en los alimentos que tomamos. De ahí, que resulte tan complicado conocer con exactitud la ingesta de sodio de un sujeto y conseguir reducirla. "Aunque algunos expertos aconsejan consumir sólo 6 gr. de sal al día, una medida eficaz y al alcance de cualquiera es dejar de utilizar el salero. De esta forma se consigue reducir el consumo en un 25 por ciento y se ingiere en torno a 10 gr al día", explica el experto.

En los últimos años y ante las evidencias científicas, han surgido distintos tipos de sales. Una de ellas es la sal potásica que se presenta como una alternativa al consumo de sodio y que parece no incrementar las cifras de presión arterial. Sin embargo, "los pacientes no suelen tolerarla muy bien y prefieren reducir su consumo de sal ", concluye el doctor Luque.

Por su parte, el alcohol es un factor involucrado en el aumento de las cifras de presión arterial, aunque no es efectivo y detectable hasta un determinado consumo.

Según Antonio Coca, director de la Unidad de Hipertensión y del Instituto de Medicina Interna del Hospital Clínico de Barcelona, "existe una franja en la cual el consumo moderado de alcohol no ejerce ningún efecto nocivo sobre el aparato cardiovascular y no aumenta la presión arterial. Sin embargo, un consumo diario superior a 30 gramos de alcohol puro sí consigue aumentar estas cifras, así como la mortalidad cardiovascular". Esta cantidad equivale a medio litro de vino, o lo que es lo mismo, dos copas grandes de vino o dos cervezas diarias.

Múltiples observaciones sugieren que el consumo moderado de alcohol ejerce un efecto antioxidante que resulta beneficioso en la prevención del riesgo cardiovascular. De ahí que, a diferencia de las recomendaciones respecto al consumo de tabaco, que debe cesar totalmente, a la hora de hablar del alcohol como factor de riesgo cardiovascular se recomiende moderar su consumo y no eliminarlo. "Está demostrado que el consumo moderado de alcohol previene la cardiopatía isquémica, de forma que los individuos abstemios tienen más probabilidades de padecer una complicación de este tipo en comparación con los que beben alcohol de forma moderada", añade el doctor Coca. No obstante, este efecto beneficioso del consumo moderado de alcohol no se ha probado para en el caso del ictus, cuya incidencia presenta una relación lineal directa con el consumo de alcohol.

Aunque el efecto preventivo del consumo moderado de alcohol es igualmente válido tanto en hombres como en mujeres, hay que tener en cuenta que la tolerancia de la mujer al alcohol es inferior, aproximadamente la mitad que el hombre, por lo que las cantidades de alcohol permitidas en la mujer deben
de adaptarse a esta circunstancia.

Escuela de Verano de la ESH

Por primera vez Valencia ha sido elegida como sede para el Curso de Verano que, con carácter anual, celebra la Sociedad Europea de Hipertensión y en la que se reúnen los más prestigiosos investigadores en esta materia. Según el doctor Joseph Redón, del Hospital Clínico Universitario de Valencia y coordinador del Curso de Verano, "entre las múltiples actividades que realiza esta Sociedad, las educacionales juegan un papel de gran trascendencia por la importancia de difundir conocimientos en la enfermedad entre los profesionales sanitarios y en la formación de futuros investigadores".

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