9/5/06

El control de la hipertensión arterial es necesario para reducir la mortalidad cardiovascular

La mejor estrategia para reducir la mortalidad cardiovascular y las enfermedades asociadas en el paciente hipertenso es el control, lo más rapidamente posible, de la presión arterial y de los riesgos que ésta conlleva. Lo difícil es, quizá, concienciar a la población de esta necesidad y ofrecerle estrategias que faciliten su consecución.

En este sentido, el estudio PRESCAP cifró en un 36,1% el grado de control alcanzado en la población hipertensa, “si bien en los hipertensos diabéticos no supera el 9,1%”. Éstas son palabras de Antonio Pose Reino, del Hospital Provincial de Santiago de Compostela, durante la mesa oficial que se celebró el pasado 9 de marzo en Madrid en el marco de la última Reunión Nacional de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión bajo el nombre de "Estrategias para alcanzar el control de la hipertensión".

Asimismo, este experto lamentó que el grado más bajo de control coincida con la población de mayor riesgo, que a pesar de ello sigue tratada con un solo fármaco. Igualmente, Pose destacó la evolución hacia una hipertrofia ventricular izquierda como consecuencia inequívoca de una HTA no controlada y aseguró que "la hipertensión conlleva siempre un riesgo elevado".

En opinión de Carmen Suárez, de la Unidad de Hipertensión del Hospital La Princesa de Madrid, la primera medida encaminada a mejorar el grado de control de la hipertensión arterial (HTA) debe ser la toma de conciencia frente a este problema. Datos estadísticos recabados por las compañías aseguradoras en Estados Unidos, aseguran que 57.000 muertes al año podrían evitarse a través de un mayor control terapéutico de las enfermedades más prevalentes. En este sentido, la experta hizo un llamamiento a identificar las causas del mal control, denunciando que muchas veces se toman medidas incorrectas de presión arterial, se prescriben tratamientos inadecuados, se presta escasa importancia a los efectos secundarios o las interacciones farmacológicas, no se usan de forma generalizada las combinaciones de fármacos, los clínicos adoptan una actitud permisiva ante los malos resultados y los pacientes acaban incumpliendo la terapéutica asignada.

Individualizar y prevenir


En opinión de Poce, el tratamiento con combinaciones a dosis bajas podría simplificar la individualización del tratamiento y prevenir mejor los eventos cardiovasculares, ya que en la mayoría de los pacientes de alto riesgo la monoterapia no es capaz, por si sola, de controlar a este grupo de población. Por otro lado, los expertos abogaron también por estrategias como la automedida de la presión arterial (AMPA).

Durante su intervención, Pose recordó que las recomendaciones del Joint Nacional Committee (JNC) estadounidense de 2003 oficializaron la conveniencia de utilizar combinaciones de fármacos a dosis bajas ya en el tratamiento inicial de la HTA. Además, las guías europeas también recomiendan la terapia de combinación a dosis bajas como alternativa a la monoterapia y subrayan su carácter de primera elección en pacientes con HTA de grado 2 y otros factores de riesgo cardiovascular. A su juicio, y basándose en las conclusiones del estudio STRATHE, las combinaciones a dosis bajas son "la estrategia más segura y eficaz frente a la estrategia secuencial(en la cual un fármaco es sustituido por otro si no se consigue el control) o a la estrategia aditiva (en la que se va aumentando la dosis del fármaco si no se consigue un control adecuado)".

En el apartado de prevención de insuficiencia cardiaca, prevención secundaria de infarto agudo de miocardio, riesgo elevado de diabetes, nefropatía o prevención secundaria de ictus, este experto subrayó que los inhibidores de la enzima convertidota de angiotensina (IECA) forman parte de todas las estrategias hoy día consensuadas, y la mayoría incluyen, además, diuréticos.


Saludos Cordiales
Dr. José Manuel Ferrer Guerra

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