25/6/15

Más evidencias de que el ejercicio puede evitar la hipertensión 25-06-15


Más evidencias de que el ejercicio puede evitar la hipertensión

Estos injertos funcionaron bien en animales, pero su prueba en humanos aún está a unos cuantos años de distancia

Los vasos sanguíneos creados a partir de células madres cultivadas en laboratorio funcionaron bien en animales, señalan los investigadores, y podrían algún día reemplazar los productos sintéticos que se usan ahora.

En estos momentos, cuando se necesitan para procedimientos como la cirugía de derivación (bypass), los vasos sanguíneos se toman del cuerpo de la misma persona. El 40 por ciento de las veces se utilizan injertos artificiales, aunque están lejos de ser perfectos, explicó Stephen E. McIlhenny, investigador posdoctoral del Hospital Universitario Thomas Jefferson de Filadelfia. McIlhenny tenía previsto informar sobre el avance en una conferencia de la American Heart Association el jueves en San Francisco.

Los vasos artificiales “nunca serán como las arterias”, dijo McIlhenny. “Se ha demostrado que se cierran fácilmente en un plazo de uno a tres años, además nunca se contraen ni responden a cambios en la presión arterial”.

Por el contrario, los vasos sanguíneos creados con tejidos que han sido probados con éxito en animales se comportan de manera similar a una arteria de verdad porque “contienen componentes de la arteria natural”, dijo McIlhenny.

El proceso de crear estos vasos sanguíneos comienza con la extracción de tejido graso humano de la región que rodea el ombligo, dijo. “Aislamos la fracción celular del tejido y la purificamos más”, explicó McIlhenny. “Luego los diferenciamos mediante medios celulares y mecánicos. Estas células madre adquieren los marcadores de las células endoteliales que recubren el interior de las arterias”.

Las células luego se cultivan en un molde de proteínas. El resultado es “un conducto biológico que es más biomédico en naturaleza que el material sintético”, dijo McIlhenny.

El trabajo realizado por los investigadores del Thomas Jefferson se llevó a cabo en 10 conejos. A cinco se les suministraron injertos derivados de las células madres en la aorta, la arteria principal del corazón, y otros cinco recibieron injertos de moldes de proteínas vacíos. Tras ocho semanas, los cinco injertos de molde mostraron el tipo de grosor observado en la enfermedad cardiaca humana y evidencia de coágulos sanguíneos, mientras que los injertos creados tenían mucho menos signos de esos problemas, explicó McIlhenny.

McIlhenny describió el estudio como apenas el primer paso de un largo camino que podría conducir con el tiempo al uso de tejidos cultivados en humanos. El siguiente paso consistirá en probar los tejidos en animales más grandes, quizá perros. La serie de experimentos diseñados llevará a los primeros ensayos en humanos que tardarán al menos tres años, señaló McIlhenny.

Cuando esto ocurra, si es que sucede, en los primeros ensayos en humanos no se utilizarán tejidos cultivados para procedimientos de derivación en el corazón, apuntó. En cambio, se podrían probar en procedimientos de derivación para la enfermedad arterial periférica, que consiste en obstrucciones en las arterias de las piernas. También se podrían probar como reemplazo de los vasos sintéticos que ahora se utilizan como conexiones para riñones artificiales para personas que se someten a diálisis.

El Dr. Robert A. Hegele, codirector de la conferencia de San Francisco y profesor de medicina y bioquímica de la Universidad de Ontario Occidental en Canadá, dijo que se necesitan mejores injertos para la cirugía de derivación y otros usos debido a la alta tasa de fallos de los que se usan ahora cuando no hay vasos sanguíneos naturales disponibles. La tasa de fracaso oscila entre el 20 y 60 por ciento en un solo año, dijo.

Ya están en camino varios esfuerzos para mejorar los vasos sanguíneos mediante bioingeniería, dijo Hegele. Un aspecto interesante del trabajo que se realiza en el Thomas Jefferson, comentó, es que se empieza con células grasa que se obtienen fácilmente, mientras que otros centros dependen de fuentes de células menos disponibles, como la médula ósea.

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